sábado, 22 de febrero de 2014

LA EXTRAÑA ESFERA VOLADORA DE DUNBAR




 
 
 

19 de enero de 1967. En Dunbar, West Virginia, sobre las 9:05 horas, Tad Jones el dueño de una tienda de electrodomésticos circulaba con su vehículo por la Ruta 64 cuando observó algo en mitad de la carretera. Al acercarse comprobó que se trataba de una esfera metálica, de unos 7´5 metros de diámetro, con dos antenas y una pequeña ventanita de unos 22 centímetros. El artefacto flotaba a 1´20 metros sobre el terreno casi impidiéndole el paso. Cuando el vehículo del testigo se aproximó a la misteriosa esfera, a unos 90 centímetros de distancia, esta despegó a gran velocidad. Según la descripción facilitada por el  testigo, el objeto, que parecía de aluminio, tenía cuatro patas acabadas en algo parecido a "ruedas".
Extraño artefacto observado por el testigo... sin duda no se trata de un "platillo volador" al uso...

 
En su parte inferior sobresalía una hélice que comenzó a girar a mayor velocidad en el momento del despegue. El avistamiento duró unos 2 minutos aproximadamente. Tad denunció el avistamiento ante la policía y la prensa local se hizo eco del extraño episodio. Al día siguiente de conocerse los hechos, el testigo recibió una extraña nota anónima en su domicilio que decía: "Sabemos lo que has visto y sabemos que usted ha hablado.” Será mejor que mantenga la boca cerrada".

EL EFECTO DE LA DISTORSION

Curiosamente si analizamos el presente caso bajo la óptica de la Teoría de la Distorsión encontraremos cuanto mínimo paradójico y delatador que un electrónico, haya tenido un encuentro cercano con un OVNI que más bien parece un compendio de multitud de aparatos eléctricos, con antenas y ruedas incluidas, que le da un aspecto realmente desconcertante.
El artefacto observado por el electrónico tiene muchas semejanzas con los aparatos y electrodomésticos que podían encontrarse en la tienda del testigo.
 
Hay también notables semejanzas entre la esfera metálica voladora y los satélites soviéticos de la época.

¿Utilizó el agente externo el aspecto de los satélites de la época para configurar la forma del OVNI observado por el testigo?
 
La prensa de la época, incluyendo la prestigiosa Revista TIME, llevó a sus páginas los sustanciales avances en la carrera espacial de los soviéticos...
 
 
 
De la misma manera, si aceptamos que el agente externo (el detonador desconocido de los episodios OVNIS) utiliza la psique de los testigos para conformar el aspecto exterior de los artefactos y sus tripulantes, comprobaremos que la presunta nave espacial tiene sorprendentes analogías con los satélites soviéticos (Sputnik, cosmos, etc.) de la época que aparecían regularmente en las revistas y periódicos…

 

 






JOSE ANTONIO CARAV@CA

 

 

Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor . Propiedad de Jose Antonio Caravaca.





 

sábado, 8 de febrero de 2014

CUANDO VEIAMOS PLATILLOS VOLANTES...






El 24 de junio de 1947 el piloto civil Kenneth Arnold (1915/1984) a bordo de una avioneta Callair colaboraba en las tareas de búsqueda de una avión militar desaparecido cuando, sobre las 15:00 Horas, observó el vuelo de una formación de 9 aeronaves muy brillantes sobre el Monte Rainier (Washington). Posteriormente Arnold relató a los periodistas, que los objetos no eran aviones convencionales, no tenían cola y eran muy planos. Aquellos extraños artefactos que el piloto de Minnesota no supo identificar volaban aproximadamente a una altura de 10.000 pies desplazándose a una velocidad estimada de unas 1.500 millas por hora (2.400 Km/h), con un movimiento parecido al que haría un plato arrojado sobre la superficie del mar. Esta afirmación del piloto fue la que llevó a la prensa a bautizar a los objetos como "platillos volantes", al confundir los reporteros el movimiento de las aeronaves con su forma. La primera nota de prensa emitida sobre el incidente, escrita por William Bequette, el autor  y artífice de la increíble confusión, titulada “Boise Flyer Maintains He Saw 'Em” (East Oregonian 26/06/47),  describía algunos detalles del avistamiento de Arnold: “Nueve objetos brillantes con forma de “plato” volando a increíble velocidad a una altura de 3.000 metros (10.000 pies) fueron reportados ayer (Junio 24, 1947) por el piloto Kenneth Arnold en Boise, Idaho quien desestimó especular acerca del origen de los mismos. Arnold, empleado del Servicio Forestal de los EE.UU. se encontraba abocado a la búsqueda de un aeroplano perdido cuando observo los misteriosos objetos el día jueves a las 15:00 hs. Los objetos volaban entre el Monte Rainier y el Monte Adams en el estado de Washington, según afirmó, y parecían hacerlo en formación. Arnold indicó haber cronometrado su vuelo y estimó que se desplazaban a una velocidad de cercana a los 2.000 kilómetros (1.200 millas) por hora. Interrogado en Yakima (Washington) acerca del suceso manifestó estar perplejo pero añadió haber conversado con una persona que no identificó procedente de Ukiah (California) quien le aseguró haber visto objetos similares el  22 de junio sobre las montañas de Ukiah. “Parece imposible, añadió Arnold, pero así es”.  En Washington DC el Departamento de Guerra manifestó no contar con información acerca del misterioso suceso. Un vocero del Ejército, sorprendido por el reporte de Arnold acerca de objetos volando a 2.000 kilómetros (1.200 millas) por hora declaró, 'Por lo que se ningún objeto vuela tan rápido, a excepción de los cohetes V-2 que lo hacen a una velocidad cercana a los 6.000 kilómetros (3.500 millas) por hora y eso es demasiado rápido como para poder ser vistos.”
Kenneth Arnold en su avioneta...




En un primer instante, y en contra de lo que pudiera parecer, por los efectos que tendría posteriormente su observación, Kenneth Arnold nunca pensó que había sido testigo del vuelo de naves procedentes del espacio exterior (léase extraterrestres), sino que por el contrario, creía que había sido testigo del vuelo experimental de algún nuevo prototipo de avión a chorro o misil de la USAF.
Sin embargo, cuando la Fuerza Aérea Norteamericana, así como otras agencias gubernamentales implicadas en la investigación del hecho, le comunicaron al intrigado piloto que en aquellas fechas no se habían efectuado en la zona del Monte Rainier, ningún tipo de prueba experimental, comenzaron las interrogantes. En una misiva que envió Kenneth Arnold al Comandante en Jefe de la base de Wright Field Dayton en Ohio se puede ver claramente su opinión inicial sobre el asunto: "Es lamentable que no pueda proporcionar usted explicación a esos aparatos, pues estaba convencido de que pertenecían a nuestro gobierno"..

Kenneth Arnold muestra a la prensa, en 1947, la forma de los objetos observados desde su avioneta. Aunque no se trataba ni de un "platillo volador" ni un "disco volante", la mayoría de los testigos posteriores al piloto de Minnesota observaron este tipo de ingenios voladores influenciados por la prensa de la época, que confundió la forma de desplazarse de las aeronaves vistas por Kenneth Arnold con su forma...

OVNI en forma de "platillo volador" observado en Idaho, el 13 de Agosto de 1947.  El Sr. A. C. Urie junto a sus dos hijos,  Keith de 8 años y Billy de 10 años, mientras se encontraban en el Lago Blue Ranch, en el Cañón Snake River, sobre las 13:00 horas, observaron un extraño objeto volador de 6 metros de largo por 3 metros de alto, que se desplazaba a unos 22 metros de altura y a una velocidad aproximada de 1.600 Km/hora. Los testigos, interrogados por agentes del FBI, indicaron que el artefacto era de color azul y en su parte superior poseía una potente luz roja.





Posteriormente, y con la noticia de nuevas observaciones, cerca de 900 avistamientos solo en 30 días después del relato de Kenneth Arnold, comenzó a extenderse las visiones de platillos volantes por todo el planeta... y la denominada “Era moderna de los platillos volantes” comenzó a gestarse hasta nuestros días. Aunque hay que destacar, que hasta el año 1948 la hipótesis extraterrestre no cuajó ante la opinión pública, creyéndose que quizás los mayores enemigos de los Estados Unidos en aquellas fechas, los rusos, podrían ser los propietarios de aquellas insólitas aeronaves…



LOS EFECTOS DE LA DISTORSION

Lo más desconcertante del incidente de Arnold, es que aunque el piloto aseguró observar unos objetos en forma de “boomerang” o “media luna”, muy planos, sin cúpulas, la mayoría de los avistamientos que continuaron a su relato describían, sobre todo, artefactos en forma de platos, los archiconocidos “platillos voladores” y además con ostensibles cúpulas. Este detalle es sumamente interesante para nuestro presente estudio. En una entrevista emitida el 7 de abril de 1950,  por el periodista radiofónico Edward R. Murrow, Kenneth Arnold aclaraba el error de los periodistas al describir su experiencia: “Estos objetos más o menos volaban como si (...) yo diría que, saltaban como sobre las olas del mar (…) La mayoría de los periódicos entendieron mal (...)  Dijeron que yo dije que tenían forma de platillo cuando dije que volaban como un platillo”. Aunque curiosamente el 27 de junio de 1947, un teletipo emitido desde Pendlenton (Oregon) recogía la información de forma correcta: “Kenneth Arnold, un veterano piloto e ingeniero de control de incendios, se aferró tenazmente a su historia de que vio nueve aviones con forma de media luna brillantes o misiles no tripulados volando en formación a una velocidad de por lo menos 1.200 millas por hora sobre el monte”.


En España, el periódico El Alcazar, en diciembre de 1950, publicó una nota, como anexo a un articulo sobre OVNIs, donde advertía del error producido por los periodistas al transcribir las primeras declaraciones de Kenneth Arnold.








Pese a esto, la mayoría de los ufólogos perpetuaron, erróneamente, la imagen iconográfica de que el famoso piloto había avistado 9 platillos volantes sobre el Monte Rainer, afianzando así la creencia popular, imparable, con la ayuda del cine y la ciencia ficción, de que estábamos siendo visitados por platillos voladores tripulados por seres extraterrestres. Pero sin embargo, todo parece señalar que en junio de1947, a raíz del encuentro de Arnold, se puso en funcionamiento algún tipo de gigantesco “resorte” psíquico desconocido, orquestado por un agente externo no identificado que entra en comunicación la mente de los testigos, que hizo que miles de personas en el mundo observaran y tuvieran encuentros cercanos con OVNIs. Después de la devastadora II Guerra Mundial, el miedo a una contienda nuclear, la caída de ciertos valores religiosos y políticos, aderezados con el auge de la ciencia ficción, pudo crear el perfecto caldo de cultivo para  la gestación de este mito moderno, la visitación alienígena.

El Diario de Burgos publicó el 30 de marzo de 1950 una breve nota sobre un incidente sucedido el día anterior, y que contiene notables semejanzas con el avistamiento de Arnold. "Según los informes que hemos podido recoger, a las 12:15 de la mañana, exactamente, hallándose en el aeropuerto el comandante jefe del sector de Villafría, don Esteban Ibarreche y el capitán don Salvador Ruiz Gómez Hedilla, jefe del servicio de meteorología, acompañados por el encargado del servicio de teletipos don Francisco Bescós Mombrano, sargento de transmisiones el ala volante producía un zumbido perceptible aunque mucho menor que el ruido de los aviones. La visión duró tres minutos y el artefacto, después de disminuir en velocidad notablemente, desapareció en el horizonte, internándose en las nubes, en dirección Sur-suroeste. Fíjese, cronometré el tiempo que pude tardar en buscar los prismáticos, exactamente tardé 35 segundos, pues bien, en ese pequeño lapso de tiempo, o sea hasta que volví a localizarlo, se había desplazado unos 10 Km. lo que, de acuerdo con los cálculos efectuados con el comandante Jefe de Sector del aeródromo, señor Ibarreche, hace suponer que llevaría una velocidad de 700 a 1000 Km. por hora. Insisto en que todos estos datos no son de rigurosa exactitud, sino relativos.”







Pero podemos ir más allá en este particular caso. Incluso podemos rastrear el “estimulo visual”, según los parámetros de la Teoría de la Distorsión, que pudo poner en funcionamiento un agente externo desconocido para recrear ante los ojos de Kenneth Arnold la aparición de aquellas fantasmales aeronaves. El piloto era propietario de una pequeña compañía dedicada a la extinción de incendios llamada “Great Western Fire Control Supply”, y es muy probable que hubiera leído la conocida revista “Popular Science” que en su número de enero de 1947, ofrecía un reporte ilustrado en portada, dedicado a las “nuevas maquinarias contra incendios”. En el interior de la revista también había varios artículos sobre aviones y otras cuestiones relacionadas con la aviación que pudieron llamar la atención de Kenneth Arnold para hojear o comprar el magazine.

La revista Popular Science publicó un interesante reportaje que pudo "inspirar" la experiencia de Kenneth Arnold.


En el interior de la revista había un amplio reportaje sobre un avión secreto del ejercito estadounidense, el XB-35. de aerodinámica revolucionaria y futurista, para finales de los años cuarenta...

A la izquierda, la imagen, a todo color, aparecida en la revista del prototipo de avión militar. A la derecha el OVNI observado por Kenneth Arnold. Las similitudes son mas que evidentes...






Pero sobre todo, en las páginas de la citada revista se podía ver una impresionante fotografía a color del prototipo de ala volante XB-35, un avión futurista para la época. Dicha imagen pudo llamar poderosamente la atención del piloto y quedar grabada en su memoria. ¿Fueron los objetos vistos por Kenneth Arnold una distorsión de esta aeronave militar secreta?. Aunque esto es probable, de lo que no cabe duda, y es un paradigma en sí mismo, es que la mayoría de los testigos posteriores a Kenneth Arnold, influenciados por los titulares de prensa de los primeros años, haciendo referencia a platillos voladores o discos voladores, observaron un fenómeno que no tuvo inconvenientes en mutar su forma externa, de ala volante a plato volador, debido a que principalmente se nutre del inconsciente de los testigos sus creencias y anhelos. Y probablemente, la carga iconográfica y mitológica de una posible naturaleza alienígena, venció a la “posibilidad” de que se tratase de prototipos secretos soviéticos.
A fin de cuentas, la visitación extraterrestre es tan sólo una “cortina de humo” creada por un operador ignoto para conformar y ocultar su manifestación, que no deja de ser una exquisita manipulación psíquica provocada por motivaciones desconocidas.





JOSE ANTONIO CARAV@CA



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sábado, 1 de febrero de 2014

UNA NUEVA PERSPECTIVA DEL INCIDENTE DE CENINNA


 

El 1 de noviembre de 1954 sobre las 6:30 horas, en el pequeño pueblo de Cennina (Italia) Rossa Lotti Dainelli de 40 años fue protagonista de uno de los encuentros cercanos mas bizarros de los acontecidos en aquel inolvidable año de frenética actividad OVNI.
Rossa observó junto al camino un extraño objeto en forma de dos conos unidos por su base, de 2 m de altura y 1 m de diámetro por su parte central. Aquel artefacto era de color marrón y algunas fuentes indican que estaba recubierto de un material parecido al cuero. El objeto tenía una puerta y en su interior se divisaban dos pequeñas sillas. Por detrás del aparato surgieron dos pequeños seres, como niños, de 1 m de altura, que vestían un mono ceñido al cuerpo, con botones brillantes y capa gris, pelo negro y un casco rojizo. Sus caras eran de adultos y hablaban en una lengua que la testigo comparó con el chino. Las palabras que pronunciaron los seres eran algo parecido a los fonemas; “liu, lai, loi, lau, loi, lai, liu “.

Sin duda uno de los aspectos mas extraños del presente incidente es la forma del artefacto observado por la Sra. Lotti




Los dos humanoides se dirigieron a la Sra. Lotti con gran alegría y una amplia sonrisa en la cara, y uno de ellos, el que parecía mas viejo le “robo” varias flores y una de las medias, arrojándolas, después de examinarlas, dentro del objeto. En ese momento uno de los risueños ufonautas tomó un extraño artefacto de aspecto cilíndrico con la punta redonda y apuntó a la Sra. Lotti, quien salió corriendo pensando que la querían fotografiar. Cuando estaba a unos 100 m de distancia, se giró y pudo comprobar que aquella “cosa” y sus pequeños tripulantes continuaban allí. El encuentro duró aproximadamente 10 minutos.

 
 
 

LAS HUELLAS DE LA DISTORSION

Junto al desconcertante y risueño aspecto de los supuestos tripulantes, lo que más llamaba la atención de este particular encuentro era la estrafalaria forma del artefacto que hacía en esta ocasión la función de platillo volador. Según los parámetros de la teoría de la Distorsión, la raíz de estos elementos concretos, únicos e irrepetibles, habría que rastrearlos en la psique del testigo, ya que esto explicaría porque la mayoría de los encuentros cercanos son experiencias intransferibles, conteniendo material que parece exclusivo para cada observador. Por tanto, bajo el prisma de la Distorsión, un agente externo desconocido utiliza para “conformar” y “fabricar” las experiencias OVNIs, imágenes e informaciones que están contenidas en la mente de los testigos, (independientemente de que, este factor no identificado, utilice algunos recursos que son compartidos en otros eventos) y las distorsiona de forma “onírica”,  mezclando todo tipo de conceptos, para recrear la visitación extraterrestre. En el presente evento es curioso señalar que el artefacto observado por Lotti tiene cierta semejanza con las estufas de leña y carbón que se utilizaban en aquellos años… Incluso la puerta de este tipo de braseros es similar a la portezuela del OVNI, tal y como se observan en los dibujos que se realizaron en la época del avistamiento…
 
Curiosamente el supuesto OVNI observado por la testigo tiene muchas semejanzas con las estufas de leña y carbón de la época.

Las semejanzas entre ambos artefactos es mas que evidente...


 
 
 Aunque de forma distorsionada, como sucede en el mundo onírico, podemos interpretar o descodificar que el artefacto protagonista del encuentro de Lotti, probablemente tenga un origen más terrenal de lo que aparentaba…

Pese a que la naturaleza anómala del fenómeno siga siendo una incógnita por resolver, al menos podemos empezar a descifrar algunas de sus claves…




JOSE ANTONIO CARAV@CA




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