lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS HOMBRES DE NEGRO QUE SURGIERON DEL CELULOIDE: UNA REVISION DEL ENCUENTRO DE ALBERT K. BENDER


 
 
 
 
Resulta cuanto menos paradójico que la mayor popularidad de los Hombres de Negro (Men in Black, MIB), los enigmáticos silenciadores del fenómeno OVNI,  fuera alcanzada a través del éxito mundial de la película Men In Black de 1997 protagonizada por Will Smith y Tommy Lee Jones. Y decimos esto, porque precisamente la raíz de este misterio pudo nacer de otra película menos conocida y que pudo contribuir a la gestación de este siniestro "mito" asociado a los platillos volantes. El primer supuesto encuentro con unos amenazadores hombres de negro fue protagonizado por un excéntrico investigador OVNI que se retiró de la divulgación precisamente tras vivir una aterradora experiencia con estos visitantes. Su estrafalaria historia sirvió de inspiración para la gestación de una particular teoría de la conspiración dentro del universo de los platillos volantes, donde se decía que unas extrañas entidades al servicio de los ocupantes de los OVNIs eran enviadas a la Tierra para amedrentar a los investigadores y testigos, con la clara intención de mantener en secreto ciertas reveladoras informaciones sobre los No identificados. Así comenzó todo.

Albert K. Bender el inspirador de las historias de los Hombres de Negro. Aunque la mayoría de  investigadores dudan de la realidad completa de su experiencia, es obvió que su relato sirvió de inspiración para la creación de un nuevo mito dentro de los OVNIs.






 
En 1952, el ufólogo Albert K. Bender, 31 años, fundó la modesta organización "Office Internacional Flying Saucer Bureau" ( IFSB ) que editaba una revista titulada "Space Review" y donde sus afiliados podían participar enviando sus investigaciones. En octubre de 1953, cuando el grupo tenía más de 1.500 afiliados, en las páginas de la citada publicación Bender anunciaba que una "fuente" que el IFSB consideraba muy confiable le había proporcionado información para resolver el enigma de los platillos voladores. Sin embargo la tan anunciada solución no llegó editarse. En su lugar, en noviembre, una desconcertante nota anunciaba a los suscriptores que: "El misterio de los platillos volantes ha dejado de serlo. La fuente ya se conoce, pero toda la información al respecto se mantiene en secreto por órdenes superiores. Nos gustaría publicar la historia completa en la "Space Review", pero debido a la naturaleza de la información,  sentimos mucho haber sido aconsejados de lo contrario”. Además la nota terminaba de la siguiente forma: “Recomendamos a quienes trabajan en actividades relacionadas con los platillos volantes sean muy cautelosos”.
Poco tiempo después Bender canceló las actividades de su asociación y la edición de la revista. En una entrevista concedida a un periódico local, Albert K. Bender, contó los verdaderos motivos de ésta inexplicable cancelación. Al parecer, tal y como narró el investigador a los periodistas, había recibido la visita de "tres hombres vestidos con trajes oscuros " que le habían "ordenado  enfáticamente " que detuviera la publicación del material sobre los platillos volantes. Bender aseguraba que había recibido "un susto de muerte " y que dé la impresión estuvo dos días sin comer. Ni siquiera los más allegados a Bender consiguieron arrancarle más información sobre lo ocurrido.

El enigmático libro de Bender narraba sus increíbles experiencias...
 
 
 
 
 
Sin embargo en 1963, una década después, Albert K. Bender publicó un inclasificable libro titulado “Flying Saucers and the Three Men In Black” donde supuestamente recogía todos los acontecimientos vividos a raíz de su encuentro con los hombres de negro.  El ufólogo decía que los tres desconocidos que lo visitaron en su dormitorio iban vestidos de forma  idéntica, con trajes negros, sombreros, corbatas, guantes, zapatos y camisa blanca. Los tres hombres estaban rodeados de un enigmático resplandor azul claro. Sus intimidantes y amenazadores ojos brillaban como pequeñas bombillas. La inquietante escena iba acompañada de un olor a azufre. Los inquietantes visitantes se comunicaban mediante la telepática y advirtieron al investigador que no publicara la verdad sobre los OVNIs, e incluso le ampliaron sus conocimientos sobre el tema. Así llego a conocer que los extraterrestres habían llegado a la Tierra para “depurar” el agua del mar. Bender también narraba que había visto, en otra ocasión, "tres hermosas mujeres, vestidas con ceñidos uniformes blancos" que al igual que sus compañeros de oscuro, tenían los ojos brillantes. El libro contiene situaciones delirantes que parecen extraídas de un relato de terror o ciencia ficción. Contactos telepáticos, encuentros con criaturas monstruosas en la sala de un cine, o incluso la existencia de una base extraterrestre en el Ártico se dan cita en el extravagante diario de Bender, tan fantástico como poco creíble. Pero lo más extraño de esta rocambolesca historia es que el conocido y polémico ufólogo, que dio origen a los siniestros encuentros con los hombres de negro, pudo crear una historia ficticia basada en su amplio conocimiento sobre el cine de ciencia ficción. Aunque hay quienes por el contrario piensan que tras un encuentro real y tremendamente perturbador Bender ya no volvió a ser el mismo e ideo todas estas patrañas…

 
La conexión gubernamental
Pese a todo lo dicho algunos investigadores como Michael D. Swords creen que puede haber algo de realidad en la insólita experiencia narrada por Bender, que después ha sido magnificada y desvirtuada hasta límites insospechados. Al parecer el grupo de Bender estuvo implicado en la investigación de un caso OVNI donde se recogieron pruebas físicas. Sucedió el 19 de agosto de 1953, cuando sobre las 21:00 horas los vecinos de New Haven, Connecticut , escucharon una explosión y observaron como una " bola de fuego " volaba al nivel de los árboles. Esta luminaria impactó contra un letrero de metal que había en las inmediaciones, para desaparecer en la lejanía. El primero en llegar al lugar fue C. Roberts, miembro del IFSB, que pudo recoger muestras del supuesto OVNI. La prueba fue enviada al Coronel Robert B. Emerson, un físico que residía en Luisiana, y que era miembro de la Reserva del Ejército de EE.UU.  y que colaboraba con el grupo de ufólogos de Bender. Emerson le dijo a Roberts que se pondría en contacto con algunos amigos que trabajaban en el centro de investigación atómica de Oak Ridge, Tennessee. Aunque nunca se llegó a obtener respuestas por este medio. Otro análisis organizado por el grupo APRO determinó que principalmente, aquella escoria estaba compuesta de cobre y óxido de cobre. Este análisis unido a la irregular trayectoria de la bola de fuego eliminó la posibilidad de que fue un meteorito. Así el investigador Michael D. Swords propuso que, probablemente, Roberts recuperó restos de una prueba balística de la Marina de los Estados Unidos, atrayendo la atención de las autoridades hacia la agrupación de Bender. Lo que pudo motivar que el investigador pudiera ser visitado por varios agentes del gobierno de incognito para que mantuviera en secreto estas investigaciones y cesaran sus publicaciones.

Descripción de Bender de sus supuestos visitantes misteriosos...





Además Swords señala que otro de los proyectos que quería emprender el IFSB, con sus asociados en Australia y Nueva Zelanda, consistía en intentar trazar trayectorias de vuelo de los platillos volantes. Estos estudios pudieron preocupar también a las agencias de inteligencia norteamericanas, que temían que esta información incluyera sus vuelos militares y que la revista de Bender sirviera de información al bloque soviético, en plena guerra fría, sobre actividades del ejército estadounidense. Posteriormente, para justificar su silencio obligado por las autoridades, Alber K. Bender dio rienda suelta a su imaginación influenciado por su fascinación por la ciencia ficción y creo toda la fábula de su encuentro con los tres hombres de negro como perfecta coartada para su retirada de la vida pública… Aunque probablemente nunca conozcamos con exactitud la verdadera naturaleza de los hechos acaecidos en aquellas fechas…

 

Fritz Lang el genio del expresionismo alemán y los Hombres de Negro
El investigador Rich Reynolds descubrió que la película, Liliom (1934) obra menor del gran cineasta Fritz Lang, donde el protagonista es conducido al cielo por dos "hombres de negro" alados pudo ser la fuente de inspiración para la tremebunda trama de Bender. El ufólogo era un reconocido entusiasta del cine fantástico y es plausible que hubiera visto el film del director alemán y que éste hubiera servido de apoyó “intelectual” para “inventar” la visita de los tres desconocidos que le intimidaron para que no publicara sus investigaciones. Tal y como señala el investigador Nick Redfern: "Bender tenía un gran interés en el cine, y además, en los años 70, jugó un papel importante en ayudar a preservar la obra del compositor cinematográfico, Max Steiner. Waxman (quien hizo la música para la película de 1934) trabajaba con Steiner en Warner Brothers en la década de 1940. Así que hay (en forma indirecta) una conexión de Bender allí también. Puesto que Bender ya estaba trabajando sobre Steiner en la década de 1940 y Franz Waxman (quien hizo la música para la película HDN; "Liliom") y Steiner trabajaron con Waxman, lo que hace bastante probable que Bender viera la película. Además de esto, Bender estaba tan impresionado por la labor de Steiner que también fundó la sociedad de música de Max Steiner, demostrando que sabía mucho de Steiner - y tal vez, también de Waxman, dado su trabajo y colaboración para Warner Bross”.

Los misteriosos hombres de negro de la película de Lang...
Sin duda los personajes siniestros de la película guardan muchas semejanzas con los visitantes de Bender.




Por tanto es muy probable que, por razones que sólo conocía el propio Bender, decidió cancelar su organización ufológica e inventar la irrupción en su vida de los hombres de negro, esperanzado quizás obtener mayor reputación, credibilidad o dinero. Algunos investigadores señalan que quizás una de estas causas nunca desveladas, fuera de orden económica ya que las cuotas de sus asociados nunca fueron devueltas. Pero al margen de estas especulaciones, lo que es innegable, es que la fábula, con o sin parte de verdad, de Albert K. Bender caló en la comunidad ufológica americana, provocando que otras personas tuvieran encuentros con enigmáticos hombres de negro.


El visitante del Dr. Herbert Hopkins...



 
 Un claro ejemplo de ello, fue la experiencia del Dr. Herbert Hopkins que durante la investigación de un abducido en 1976 en Maine, tuvo una aterradora visita nocturna. Hopkins dijo que a su casa acudió un hombre que: "vestía con un traje completamente negro, perfectamente planchado, con la raya del pantalón también perfecta, con sombrero y zapatos también negros, pero la camisa era de un blanco inmaculado. Por su aspecto creía que era el empleado de una funeraria. Al quitarse el sombrero vi que era completamente calvo y que no tenía ni cejas ni pestañas. Su palidez era cadavérica, y durante la conversación, se frotó los labios que eran de color rojo brillante con los guantes, llevándose con ellos el color, igual que si los llevase pintados".
El extraño visitante le recomendó que destruyera todas las grabaciones que había efectuado sobre el caso y que mantuviera en secreto todos los datos obtenidos.

Las similitudes de los "Hombres de Negro" que visitaron al ufólogo con los personajes de ficción son evidentes... trajes oscuros, sombreros, palidez, etc.
En el centro el "ángel" de la película, a la izquierda el "visitante" de Bender y a la derecha el siniestro Hombre de Negro que describió el Dr. Hopkins.







La “semilla” plantada por Bender había dado sus frutos. Las creencias parecen ser adoptadas, desarrolladas y distorsionadas por el paradigma OVNI, demostrando que más allá de la realidad incuestionable del fenómeno, y su naturaleza anómala y ajena a la mente de los testigos, subyace en su interior un importante y trascendental componente mental que da origen a este tipo experiencias que hemos catalogado, erróneamente, como visitas extraterrestres. Un agente externo desconocido sintoniza con la mente de los testigos y obtiene el material “visual” necesario para conformar su experiencia (detalles, apariencia, colores, etc.). Aunque en el caso de Albert K. Bender esté por determinar si hubo algún componente anómalo en su encuentro, lo que es indudable es que su contribución “iconográfica” al paradigma OVNI, que se introdujo en el inconsciente de multitud de estudiosos y aficionados, dio paso, durante un tiempo muy breve, a un subgénero ufológico oscuro y tenebroso, desconocido hasta la fecha...




CURIOSIDADES EMOCT


El controvertido investigador Timothy Green Beckley es el autor de la que puede ser considerada la única fotografía del mundo de un misterioso Hombre de Negro  (HDN o MIB, Men In Black). La instantánea fue obtenida en el año 1965, en Nueva Jersey (Nueva York). Beckley asegura que en esas fechas: “Hubo varios casos en lo que los ovnis habían descendido y aterrizado en un parque de la ciudad, varios adolescentes se impresionaron y fueron a contarles a sus padres. Una de las personas con la que estaba en contacto era un señor llamado Jack Robinson quien era el investigador del caso, el señaló que mientras entrevistaban a los testigos se podía ver un Cadillac negro estacionado en la calle con las ventanas ahumadas y de vez en cuando alguien bajaba la ventana y echaba un vistazo. 
La polémica fotografía...


¿Se trata realmente de un Hombre de Negro?

 
 
 
El trabajaba en un banco en Nueva York, tomaba el tren todos los días y su esposa hacia todas las diligencias necesarias, las compras y todo ese tipo de cosas. Ella dijo haber visto a alguien misterioso en la entrada al otro lado de la calle vestido de negro, con un sombrero negro que le cubría la cara. Una mañana decidimos ir a la ciudad de Jersey para averiguar si algo estaba ocurriendo realmente. Bueno, llegamos al lugar y vimos a un individuo con cara de muerto parado en la entrada, con un sombrero que le cubría lo ojos, vestido de negro, parecía como si no perteneciera al vecindario, entonces Jim Moseley me dio la cámara, me asomé por la ventana y le tomé una foto al individuo que estaba parado en la puerta”. El investigador está convencido que era un autentico Hombre de Negro que vigilaba el domicilio del investigador OVNI: “Esa es una zona residencial donde conocerían a cualquier persona que viviera en el vecindario, se sabe quien vive en la casa de al lado y quien vive enfrente pero esta persona era completamente desconocida. Decidimos que podíamos dar una vuelta en el auto y conducir hasta la esquina, confrontar al individuo directamente y averiguar cuál era la razón por la cual estaba parado frente a ese edificio. Le dimos la vuelta a la manzana y detuvimos el auto, pero ya se había ido y el auto negro en el que había llegado tampoco estaba. Desapareció casi por arte de magia”. Junto al supuesto “hombre de negro” había una camioneta negra, una Chevrolet Pick Up 10 de 1962. Sobre los HDN Beckley opina que: “tenemos que considerar la posibilidad de que algunos de los informes sobre los hombres de negro, corresponden a actividades de agentes de la CIA, ya que esta está formada por miles de agentes individuales e independientes, y además contiene en si misma grupos aún más secretos. Algunos de estos agentes pueden estar buscando OVNIs de forma demasiado agresiva,  como si fuesen coleccionistas de obras de arte"...

Sin embargo existen voces críticas que afirman que la famosa fotografía retrata, simplemente, a una persona ataviada de negro e incluso, quizás, a un empleado de una funeraria…

 

 



 







JOSE ANTONIO CARAV@CA



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