lunes, 1 de mayo de 2017

EL NAUFRAGIO DE LA HIPOTESIS EXTRATERRETRE Y LA DISTORSION…







Pese a lo que pueda pensar el lector profano a las temáticas ufológicas, la mayor parte de la casuística OVNI está plagada de aeronaves que nada tienen que ver con los famosos “platillos volantes”. Y es que en realidad, casi cualquier forma de aparato volador, por muy absurdo que parezca, y por muy alejado que esté de una línea aerodinámica, ha sido observado surcando nuestros cielos, demostrando que el fenómeno de los No Identificados es mucho más complejo de lo que algunos quisieran. Y al igual que ocurre con la tipología de los humanoides, casi infinita e imposible de clasificar, los modelos de “platillo volador” son tan numerosos y diferentes, que es muy improbable que nuestros hipotéticos visitantes extraterrestres puedan tener tal variedad de aeronaves en sus hangares o que estemos siendo visitados, como si nuestro planeta fuera un zoológico espacial, por infinidad de seres alienígenas…
Estas anomalías son sin duda delatadoras de la existencia de un paradigma desconocido relacionado con nuestra psique que, aunque esta provocado y dirigido por un agente externo a nuestra mente, este capaz de catalizar y transformar nuestros pensamientos en una distorsionada “puesta en escena” de visitación alienígena. Por tanto es “lógico” que la literatura OVNI sea tan amplia y divergente como amplios y heterogéneos son los testigos que presencian y protagonizan este fenómeno, mutable en base a nuestra riqueza intelectual. Así que más allá de la simpleza de la hipótesis extraterrestre (HET), en los encuentros cercanos con OVNIs subyace un desconcertante fenómeno psíquico, de comunicación y trasvase de información, entre el inconsciente privativo de los observadores y la “mente creadora” de un agente externo no identificado, que es capaz de plasmar en una proyección “holográfica” una realidad aparente, pero tan efímera y ficticia, como las apariciones de difuntos, de la Virgen María o del abominable Hombre de las Nieves. Y, sólo en contadas ocasiones, por motivos o conjunciones de elementos y factores que ni siquiera podemos aventurar, este tipo de vivencias adquiere una momentánea corporeidad para dar la apariencia de lo que no es y nunca será… una “realidad” como nosotros la entendemos. Por lo tanto, nada de lo percibido durante este tipo de experiencias tiene una continuidad física en nuestro universo… de la misma forma que los protagonistas de una película no continúan la trama después de que haya acabado de proyectarse el film…

Definitivamente la Hipótesis Extraterrestre ha naufragado…





JOSE ANTONIO CARAV@CA


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