Hoy se
cumple 100 años de la famosa “danza solar” ocurrida en Fátima (Portugal) ante
miles de atónitas personas. Desde hace décadas, multitud de investigadores están
plenamente convencidos que los extraños fenómenos
narrados por los tres humildes pastorcillos portugueses pueden enmarcarse
dentro del paradigma OVNI. Para estos estudiosos no hay dudas que la aparición
mariana de Fatima fue realmente un encuentro cercano con una nave “extraterrestre”
malinterpretado por unos niños que apenas podían siquiera imaginar la trascendencia
de sus visiones y que además, para mayor desconcierto, fue ocultado y
silenciado por la Iglesia, que presentó ante la opinión pública una imagen edulcorada
(léase religiosa) de lo que había ocurrido en aquella apartada región lusa. Y
es la revisión actualizada de los hechos, con la casuística OVNI en la mano,
permitió a muchos ufólogos reinterpretar los acontecimientos de 1917 como la
visión de un humanoide asociado a fenómenos aéreos desconocidos. Además, para
mayor certeza de sus planteamientos, la “danza del sol” escondía el vuelo de un
“disco” plateado que atemorizó a las buenas gentes incapaces de descifrar aquello
que se presentaba ante sus narices.
Sin embargo
creo que es un craso error creer que el fenómeno OVNI engloba a las apariciones
marianas y no al contrario. De hecho, bajo mi perspectiva, ningún paradigma
anómalo prevalece sobre otro. Lo ocurrido en Fátima no es sinónimo, ni mucho
menos, de episodio ufológico soterrado. Nos hallamos simplemente ante la manifestación de un
fenómeno desconocido, de origen psíquico, que fue transmutándose a medida que
los propios testigos comenzaron a influir en su interpretación. Y sólo la fe conjunta
de las miles de personas, o sea la fuerte creencia popular en estas apariciones
hizo posible el milagro del Sol.
Y hoy día,
nosotros hemos hecho un tanto de lo mismo que hicieron aquellos pastorcillos,
al “modificar” estas manifestaciones bajo el paraguas ufológico. El fenómeno al
que nos enfrentamos utiliza una serie de recursos altamente maleables (aparición
de entidades, fenómenos aéreos, luces, etc.) que nosotros mismos modificamos
para encajarlos en nuestro sistema de creencias…
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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